28 sept 2008

Historia de Myril Half-blood

Estoy emocionado, hace años que no juego a Dungeons&Dragons, después de tanto tiempo arbitrando yo solo y al fin uno de los jugadores se ha animado a dirigir una partida. Me he hecho un bardo semi-elfo, y no se si el resto lo hace, pero a mi personalmente me gusta redactar un pequeño relato o historia sobre la vida del personaje, para ponerme en situación a la hora de interpretar vamos. Pues bueno, he decidido poner la historia de mi nuevo personaje de D&D, a ver que os parece:

¿Qué? ¿Qué queréis oir mi historia? Por supuesto, como negarme ante tal exquisita audiencia, además… he visto cuadras con una atención al cliente más cuidada que este antro. Bien… veamos, ¿Por dónde empezar? Claro, mi nombre. Me llamo Myril Half-blood, originario de la pequeña villa Agrel, famosa por su hidromiel, la mejor a este lado del continente.

A las afueras de Agrel se conocieron mis padres, fue una historia apasionante, mi madre volvía una noche hacia su casa a las afueras desde la taberna, cuando fue asaltada por una banda de trasgos, ¡una decena lo menos! Cuando la tenían completamente rodeada, de entre las sombras del camino, una espada centelleante bajo la luz de la luna liquidó a los malditos trasgos antes de que supieran estos que ocurría. Cuando mi madre se acercó para agradecerle que le salvara la vida se percató que era un noble y apuesto elfo… bueno, como comprenderéis mi madre no me dijo lo que vino a continuación, ¿pero todos los aquí presentes nos lo imaginamos no?

Esa fue la primera y única vez que se vieron mis padres, tuve una infancia feliz, mi madre trabaja duro en la Jarra Espumosa (la mejor taberna del valle) y yo siempre que podía sacaba unas monedas haciendo de guía por el pueblo, ayudando al viejo enano Thorek en sus envíos a las casas… Pero lo que realmente me daba dinero y me gustaba era la música. El viejo Thorek me regaló en el solsticio de invierno uno de los objetos mas maravillosos del mundo, un laúd. Pasé días y noches enteros en la Jarra Espumosa cantando y tocando el laúd, no hay forma mas maravillosa de ganarse la vida creerme, la música…. De mis estudios y de los de todos los niños del pueblo se encargaba Arilia, cuando era joven había sido aventurera y había estado en las 4 esquinas del mundo. Era un poco mas lento que los demás niños de clase, Arilia era muy paciente conmigo, decía que se debía al linaje de mi padre… Me enseñó la lengua de los elfos, de los gigantes y los dragones, me explicó que solo unos elfos tenían el color del pelo rojo, el antiguo linaje de los Tinalad, que yo debía de pertenecer a su estirpe. Me contaba sus historias, sobre como poco a poco fueron desapareciendo hasta ocultarse en una ciudad perdida.

Por muy bonita que fuera Agrel a los 20 años se me estaba haciendo pequeño. Necesitaba ampliar mi repertorio de canciones, había ciudades que ver, gente que conocer… Y por supuesto quería encontrar el linaje de los Tinalad. Vagué durante unos meses de acá para allá, logré hacerme un nombre como intérprete a lo largo de la Costa de la Bruma y mis canciones siempre eran bien recibidas en los grandes salones de los pueblos de la Cima del Mundo. Acompañé al ejercito enano del Clan Thorik contra las huestes del Caudillo orco Porbag en la Cordillera del Dragón. Me reclutaron forzosamente para la Guerras de la Sangre del varón Van Hammer… Pero ni una sola palabra ni leyenda sobre los Tinalad…

Durante años fui dando tumbos, hasta que en la llanura a las afueras de Kharis me topé con una reunión de los Tejedores de Historias, después de poner a prueba mis dotes me aceptaron dentro de la Liga. Aprendí muchas canciones y muchas historias de ellos, también les conté esta misma historia y mis andanzas por el mundo. Para mi sorpresa había bardos, magos y hechiceros de todas las razas, supe que alguien entre toda esa gente debía de saber algo de la estirpe de los Tinalad. Afortunadamente había un viejo mago, Delyr El Elfo, me contó que recordaba haber leído en la biblioteca de Aion un pasaje sobre la ciudad perdida de los Tinalad. Desgraciadamente su memoria ya no es lo que era y no me podía servir de mas ayuda. Para mi fue suficiente, cogí el primer barco que salía de Kharis y vine a Aion. Pero antes siquiera de llegar a la biblioteca tuve el percance por el que estoy aquí…. Oh, esperad, uno de nuestros amables anfitriones…. CARCELERO!!!! CUANTAS VECES LE TENGO QUE DECIR QUE NO SE COMO LLEGÓ ESA BOLSA DE MONEDAS A MI BOLSILLO!!!!